En el presente estudio tratamos de adentrarnos en las vicisitudes relativas a la contratación de la provisión del vestuario de las tropas de la Casa Real y, en concreto, el de las compañías de Guardias de Corps y Alabarderos. Nuestra pretensión, en la primera parte del texto, es la de establecer las relaciones creadas entre estos cuerpos del Ejército, los asentistas encargados de su provisión y los mecanismos institucionales diseñados para el control del gasto en las Secretarías de Estado. Tras la consolidación de la Secretaría de Hacienda y la Tesorería General en su coordinación última, en la segunda parte, analizaremos como Esquilache impulsó una tendencia general a la concentración monopolista de dicha provisión
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