Domingo Marcos Giménez Carrillo
Teóricamente quienes se dedicaban al comercio tenían prohibido el ingreso en las Órdenes Militares castellanas, a tenor de lo estipulado en sus Establecimientos. Sin embargo, en la práctica contaron con el favor regio y hallaron toda una serie de posibilidades para superar favorablemente las pruebas de idoneidad que el Consejo de Órdenes imponía, logrando así acceder a sus honores. Pero no sólo mostraremos que reconocidos comerciantes ingresaron en las mencionadas corporaciones nobiliarias sino que la Corona les concedió numerosas mercedes de hábito, permitiendo así, amén de ingresar en estas instituciones, elegir a otros individuos para que se beneficiaran de ellas, o dicho de otro modo, se les abría una puerta para poder “mercadear” con un nuevo “género”.
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