Una vegetación virgen tan sumamente espesa que no dejaba pasar la luz propició que los romanos llamaran Selva Negra a esta región del sur de Alemania, en el Estado de Baden-Wurtenberg. Un territorio natural rico en contrastes, con bosques de abetos, cascadas, granjas con tejados a cuatro aguas, enormes relojes de cuco, ricas tartas de cereza y mujeres con sombreros de pompones. La Selva Negra esconde la Alemania más verde
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