La atribulada biografía de Vincent van Gogh ha influido, de manera un tanto excesiva, en el análisis de su obra pictórica. En realidad, detrás de la imagen del artista “loco” o “expresionista”, hubo siempre un pintor muy al tanto de las teorías estéticas de su época —especialmente del trabajo del francés Charles Blanc—, que se preocupó, consciente y sistemáticamente, por hallar una solución general a los problemas de la representación y de las relaciones entre los colores. Esta conclusión —y el núcleo de este artículo— proviene sobre todo del estudio de la correspondencia del propio Van Gogh.
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