El capítulo octavo de la Ex. Ap. Amoris Laetitia ha suscitado reacciones diversas, a veces encontradas. No puede decirse que el documento pontificio haya admitido a la comunión eucarística a los divorciados que se encuentran en nueva unión. La comprensión del capítulo octavo exige una cuidadosa interpretación in altum (integral y en profundidad). El objeto de la misericordia no es sólo el sufrimiento, sino ante todo la situación de pecado; y el sujeto de la misericordia no es sólo el que tiene miserias actuales sino también el sometido a la potencial fragilidad y miseria futura. La misericordia induce a aplicar las normas morales y jurídicas sin crueldad alguna, pero no a ignorarlas. El matrimonio no admite extensiones analógicas indiscriminadas porque no es un modelo meramente ideal. En el caso de las llamadas situaciones irregulares el acceso a la Eucaristía exige siempre la disposición de un cambio de vida.
Chapter 8 of Ap. Ex. Amoris Laetitia has given rise to different, sometimes contradictory readings. However, it cannot be said that the papal document extends Eucharistic communion to divorced people who have entered into new unions. Chapter 8 requires careful interpretation in altum (in full and in depth). The object of mercy is not only suffering, but first of all situation of sin; and the subject of mercy is not only the one currently experiencing misery, but anyone who may experience such fragility and misery in the future. Mercy implies that moral and legal norms be applied without any sense of cruelty, not that such norms be ignored. Marriage does not admit of indiscriminate analogical varieties, because it is not merely an ideal model. In the case of so-called irregular situations, reception of the Eucharist always requires the provision of a change in life.
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