epilepsia farmacorresistente y con crisis de una frecuencia y gravedad, permitiendo mejorar su calidad de vida. Pero la eficacia de la cirugía está relacionada principalmente con la cuidadosa selección de los pacientes que podrían beneficiarse de ésta. La evaluación neuropsicológica tiene un papel destacado en este objetivo, colaborando en la localización del foco epileptógeno, además de describir el estado cognitivo del paciente antes de la intervención quirúrgica y determinar qué funciones cognitivas están preservadas y cuáles alteradas, pudiendo así disminuir la posibilidad de daño tras la intervención. Se presentan los resultados hallados en relación al grado de convergencia entre la evaluación neuropsicológica y el lugar de la cirugía, en aquellos casos en los que ya habían sido intervenidos (n=27), y la convergencia en la hipótesis de lateralización entre la evaluación neuropsicológica y otras pruebas (Resonancia Magnética Cerebral y Vídeo-EEG) en la muestra total (n=70).
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