La decadencia brutal del Imperial Colegio de Santa Cruz, de tan brillante como efímera trayectoria, ha suscitado numerosos trabajos y reflexiones. El presente artículo subraya el factor económico que concurrió a su ruina, a menudo soslayado hasta ahora. En efecto, el Colegio fue despojado de sus bienes más preciados por unos individuos miembros de la oligarquía naciente constituida por descendientes de conquistadores y primeros pobladores. Estos fueron apoyados por la indiferencia y/o complicidad pasiva o incluso activa de las más altas autoridades, la Rea lAudiencia, Real Hacienda y hasta el virrey Luis de Velasco el Viejo, con los que habían establecidos relaciones familiares
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