María Expósito Serrano, Ana Sánchez Molina
Cuando una mujer queda embarazada, su sistema inmune tiene que sufrir una serie de alteraciones que le permitan tolerar la presencia del feto y no reconocerlo como algo extraño y “atacarlo”. Este tipo de adaptaciones gozan de una relevancia considerable cuando la mujer en cuestión presenta una enfermedad autoinmune, como por ejemplo la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico. En este artículo se trata la relación existente entre el embarazo y las enfermedades autoinmunes, y cómo el primero repercute en el desarrollo de las segundas. Existe una relación bidireccional entre ambas condiciones, que ocurren de la mano de los cambios hormonales y las modificaciones en el sistema inmune que se dan durante el embarazo
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