El 30 de septiembre de 2010, el Ecuador vivió una insurrección policial, al mismo tiempo, una intentona de golpe de Estado, secuestro y tentativa de magnicidio del presidente Rafael Correa, acontecimiento que corre el riesgo de desaparecer de la historia si la ¿justicia' absuelve a los implicados y se burla del pueblo ecuatoriano que salió a defender la democracia. "Entonces diremos: aquí no ha pasado nada. Y los testimonios y evidencias recogidas no serán más que simples sueños", concluye el historiador Juan Paz y Miño Cepeda en su libro de reciente publicación en el que analiza las condiciones y actores, individuales y colectivos, con sus intereses y pasiones, que se movilizaron en torno a tales acontecimientos. La obra de Paz y Miño es uno de los pocos estudios académicos, seriamente documentado, que explica los hechos del denominado "30-S", recurriendo a los testimonios de los principales actores y a una profusa documentación basada en fuentes testimoniales y sobre todo informáticas, grabaciones y videos. Aunque cabe esperar que aparezcan nuevos trabajos, hay que admitir que es un esfuerzo, en solitario, pues la mayoría de académicos ecuatorianos están alineados en la oposición al gobierno de Rafael Correa, sobre todo porque no admiten que sus teorías y enfoques liberales, individuales y comunitarios, no encajen en la explicación de los procesos políticos, gubernamentales y públicos que está viviendo el país, todavía insisten en que la realidad se someta a la teoría. De ahí que acerca del 30-S, predominen las opiniones y no los análisis empíricamente sustentados, lo que paradójicamente, aunque no se lo proponga, también contribuye a robustecer la imagen de que lo que aconteció puede quedar en "un simple sueño". El libro efectivamente cumple el doble propósito de su autor: registrar los eventos para que no se pierdan con el tiempo, y darles significado en el presente. Su formulación alineada en la campo de la Historia Inmediata o historia del presente, permite captar la complejidad de los eventos suscitados, de manera extraordinaria, en un solo día, cuando se puso en peligro a la democracia y en riesgo al gobierno, al tiempo que despertaron los temores latinoamericanos ante el golpismo. Al decir de Paz y Miño, el país experimentó en un mismo día un proceso histórico, pues se trató de un día-proceso con distintas fases.
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