Cada centenar de años, un objeto suficientemente grande como para acabar con una gran ciudad colisiona con nuestro planeta [1]. En 1908, un asteroide o cometa devastó el área de Tunguska, en Siberia Central, liberando una energía igual a unas mil veces la de la bomba de Hiroshima. Fue una suerte que se tratase de una zona casi despoblada.Los impactos de objetos próximos a la Tierra representan un riesgo constante para la seguridad mundial, por lo que es crucial que seamos capaces de predecirlos, conociendo bien todos los asteroides y cometas de nuestro sistema solar. Cada vez que se localiza un objeto desconocido en una imagen tomada con un telescopio, se fotografía durante las noches siguientes hasta que deja de ser visible y se miden sus coordenadas en cada imagen...
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