El Cultural Center of the Philippines’ (CCP), clausuró la exposición Kulo el pasado 2011, marcando un cambio en concepción de los públicos en Filipinas. La exposición incluía la polémica Poleteismo, una instalación site-specific de Mideo Cruz. La pieza, que incluye iconos religiosos y políticos, se convirtió en la primera problemática del arte que aparecía fichada en una investigación criminal como XXX. La polémica se extendió en los medios impresos y más intensamente en las redes sociales. La controversia dio lugar al cierre preventivo de la exposición y una investigación por parte del gobierno. Los cargos presentados en contra del artista y la junta del centro (CCP), fueron finalmente paralizados en 2013 por la Oficina del Defensor del Pueblo. Esta controversia ha provocado el debate en torno a la cuestión de quiénes son los públicos hoy y cómo deberían ser los compromisos con los mismos. En la esfera del arte actual, los públicos se expanden desde aquellos que son capaces de ver las obras de arte en el interior del museo y galerías, hacia aquellos que las ven en la televisión, los medios impresos y las redes sociales. Estos nuevos públicos también incluyen aquellos que no necesariamente han visto la totalidad de las reproducciones, sino partes y procesos de la misma, o incluso sólo las descripciones y artículos al respecto, según la interpretación de escritores, periodistas y “ciudadanos de la red”. El evento relatado puso de manifiesto lo poco que los artistas, curadores, historiadores del arte, arte y escritores fueron capaces de comprometerse con estos nuevos públicos del arte. Dadas las condiciones actuales de estos públicos, es importante reflexionar sobre sus potencialidades. ¿Cómo debe el mundo del arte comprometerse con los públicos de arte? ¿Cuáles son las posibles estrategias el arte en la inclusión de los nuevos públicos?
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