El mundo de la fantasía, de lo grotesco y de lo absurdo se ha hecho realidad gracias a la imaginación de Jacques Carelman, un desfigurador de la vida cotidiana, que ha conseguido despojar de su sentido vulgar a cientos de objetos, liberados de las imposiciones de la utilidad para la que fueron creados. Lavabos verticales, para cuartos de baño exiguos; retretes gigantescos, para pastores de las landas o una bañera con portezuela para aquellas personas que quieran evitar saltar por encima son algunos de los artilugios que durante todo el mes de marzo pudieron contemplar los madrileños en una exposición retrospectiva del polifacético pintor, escultor e ilustrador Jacques Carelman.
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