La hojarasca acumulada en suelos de bosques tropicales es un microhábitat importante para muchas especies de reptiles y anfibios; las capas de hojas en proceso de descompoción ofrecen protección, presas y lugares para la oviposición (Slowinski 1986). Muchos anfibios de la hojarasca no están restringidos en las dos dimensiones del suelo, sino que se mueven verticalmente en la vegetación. Miyamoto (1982) encontró que en varios lugares de Costa Rica ciertas ranas del género Eleutherodactylus se encuentran durante el día en el suelo, pero muchas veces suben a la vegetación durante la noche. Como una explicación para este comportamiento, se desarrolló la hipótesis de presiones fisiológicas durante el días y selección de perchas para cantar en la noche (Slowinski 1986).
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