La critica ha otorgado a Coleridge un papel determinante en la creación y difusión de la interpretación romántica de Don Quijote. En las cartas de Coleridge se encuentran refe-rencias a la obra cervantina desde 1808 que demuestran un aprecio cada vez mayor, tanto por la obra como por su autor, quien se convirtió—junto con Shakespeare y Dante—en una de las grandes figuras de su Parnaso personal. Coleridge dio a conocer sus ideas sobre Don Quijote en tres conferencias impartidas, respectivamente, en 1814, 1818 y 1819. Si bien estas conferencias nos han llegado de forma fragmentaria, dado que Coleridge no llegó nunca a publicarlas ni a prepararlas para su publicatión, en los textos que se han conservado se observan sus ideas más relevantes sobre el tema, como lo atestiguan otros escritos del autor. En todos ellos, la crítica que Coleridge realiza de Don Quijote contiene las ideas más significativas de su pensamiento filosofico y estético. En su análisis de la obra cervantina, Coleridge toma como punto de partida los que habían sido los lugares comunes de la crítica precedente, el humor y la locura, que seguidamente dan pie a un discurso filosofico romántico que gira en torno a los conceptos de la razón, el entendimiento, la imaginatión y el símbolo. De un modo muy característico, Coleridge utilizó una gran diversidad de fuentes, tanto británicas como alemanas, principalmente de los siglos XVIII y XIX, que adaptó a su sistema teórico convirtiendo Don Quijote en uno de los textos que mejor le sirvieron para aplicar e ilustrar sus ideas. En este trabajo se estudia el análisis que Coleridge realizó de Don Quijote teniendo en cuenta sus fuentes y el modo en que las asimila a su pensamiento, así como el lugar y la relevancia de su interpretación en la historia crítica la obra cumbre cervantina.
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