Este trabajo expone, como fruto de una investigación de carácter cualitativo y dentro del marco de la teoría sistémica, cómo la percepción de los trastornos de la alimentación y de la imagen, del estudiantado de la Universidad de Santiago está determinada por el imaginario del llamado modelo médico. Por lo cual esos trastornos son percibidos desde un punto de vista empirista y reduccionista, adoleciendo de un bajo nivel de complejidad.
Tal percepción, por otro lado, estaría cargada de nociones de carácter moral (culpa, voluntad…) Asimismo, se expone la influencia de esa percepción sobre la práctica profesional, la cual puede ser gravemente sesgada. Se compara a los estudiantes con profesionales en activo que muestran una percepción con un mayor nivel de complejidad de estos trastornos.
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