Durante el tratamiento dental posterior a la aplicación de los selladores se observó que una proporción significativa de los Fuji tipo III se perdían entre uno y tres meses después de su colocación. Debido a la elevada pérdida precoz y a la tasa de pérdida del 94% a los 6 meses, se decidió no continuar con la fase 2 del estudio. Shimokabe, en un estudio parecido, comunicó la pérdida del sellador de ionómero de vidrio en 6 meses. Esta elevada tasa de pérdida puede deberse a la naturaleza quebradiza de los ionómeros de vidrio. Smith afirma que "uno de los problemas de los cementos de relleno de ionómero de vidrio es que son demasiado frágiles para ser utilizados en lesiones poco profundas (alrededor de 1 mm. de profundidad)".
La comparación entre las tasas totales de retención para los 6 meses -del 92,2% para el sellador Concise blanco de bajo fraguado y del 1,7% para el Fuji tipo III-, sugiere que el uso clínico rutinario del ionómro de vidrio Fuji tipo III como sellador de fisuras no es fiable en la actualidad.
Quizás exista una protección residual contra la caries en el grupo del ionómero de vidrio, incluso a pesar de la elevada tasa de pérdida. No obstante, los autores consideraron contrario a la ética permitir que las zonas que habían perdido el ionómero de vidrio pudiesen desarrollar una caries con posterioridad. Todas las piezas que perdieron el sellador fueron selladas de nuevo con Concise blanco de bajo fraguado
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados