Las endodoncias primarias presentan una elevada tasa de éxito. Sin embargo, en alrededor del 15% de los casos, se observan fracasos, los cuales pueden solucionarse con una reendodoncia y además con una resección del ápice radicular. Pese a que las reendodoncias constituyen uno de los métodos terapéuticos más laboriosos y caros, su pronóstico es comparativamente favorable. Si después del diagnóstico preendodóntico se sospecha la presencia de conductos radiculares adicionales o una obturación insuficiente del conducto radicular y por tanto una infección intracanalicular, siempre que sea posible, debe darse preferencia a una reendodoncia en lugar de pasar directamente a la intervención quirúrgica. Si la reendodoncia no tiene éxito, todavía se dispone de la opción de una resección del ápice radicular, cuyo pronóstico será mucho mejor, gracias al retratamiento.
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