La Constitución de 1978 separó al Ejecutivo del gobierno de las cuestiones judiciales, encomendándolas al Consejo General del Poder Judicial, sin embargo los males que se imputan a nuestra Administracion de Justicia siguen siendo los mismos. Así, habrá que concluir que o el diagnóstico no ha sido todo lo preciso que se requería o que las recetas están equivocadas. En este artículo mencionaré algunos de estos síntomas, intentando identificar las causas de los males y aventurar algunos remedios o posibles soluciones. No espere el lector recetas milagrosas, pues casi todo está ya inventado aquí o en otros países y generalmente dicho por otros.
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