La detección de la disfagia es una parte importante del manejo del Ictus en su fase aguda, ya que constituye un marcador de mal pronóstico en términos de morbilidad y recuperación funcional. Pese a ello, el cribaje tiende a realizarse sobre todo en el paciente con mayor gravedad del Ictus.
El método de Exploración Clínica Volumen-Viscosidad (MECV-V) nos permite confirmar la presencia de disfagia pudiendo así establecer planes de cuidados individualizados.
Objetivo Estimar la prevalencia de disfagia en pacientes con Ictus y el perfil del paciente en relación con el tipo de Ictus, grado de dependencia y red de apoyo familiar.
Metodología Estudio descriptivo transversal.
Población: Altas Ictus Cabueñes (Neurología) del 1 de Julio al 30 de Noviembre de 2013 y residentes en Área V.
Resultados La prevalencia de disfagia estimada mediante análisis frecuentista fue de 12,8% (IC95%:5,5-20,1). Utilizando inferencia bayesiana fue de 20,9% (ICred 95%:14,4-28,3). La media de edad fue 74,76 años. Presentaron Ictus de origen isquémico 88 pacientes (93,6%) y 6 (6,4%) Ictus hemorrágicos. Un tercio de la población estudiada estaba institucionalizada y presentaban algún grado de dependencia un 56,4% (Barthel). La demora en la captación en disfágicos fue de 28,3 días y en no disfágicos 19,8. De los pacientes con disfagia precisaron espesante alimentario en fase aguda un 63,6%.
Conclusiones Debería realizarse precozmente en el hospital el test de identificación de disfagia (MECV-V) tras el Ictus, para llevar a cabo una intervención adecuada a las necesidades del paciente, con un asesoramiento higiénico-dietético y prevenir así futuras complicaciones.
The detection of dysphagia is an important part of the management of stroke in its acute phase, since it is a marker of poor prognosis in terms of morbidity and functional recovery.
Nevertheless, screening tends to be carried out mainly in patients with more severe.
The method Volume-Viscosity clinical examination (MECV-V) allows us to confirm the presence of dysphagia and may establish individualized care plans.
The aim of our study was to estimate the prevalence of dysphagia in patients who have had an episode of stroke and profile of the patient in relation to the type of stroke, dependency and family support.
Methodology A descriptive observational study of prevalence.
Results The prevalence of dysphagia estimated by frequentist analysis was 12.8% (95% CI 5.5 to 20.1). Using Bayesian inference was 20.9% (95% ICred: 14.4 to 28.3). The mean age was 74.76 years. They presented Ischemic Stroke 88 patients (93.6%) and 6 (6.4%) hemorrhagic stroke. One third of the study population was institutionalized and had some degree of dependence 56.4% (Barthel). The delay in the capture in dysphagia was 28.3 days and 19.8 in non dysphagia. Of patients with dysphagia They pointed acute phase food thickener 63.6%.
Conclusions The identification test for dysphagia (MECV-V) after stroke should be done early in the hospital, to conduct an appropriate intervention to the patient's needs, with a hygienicdietary advice and prevent future complications.
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