Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


Notas sobre las limitaciones impuestas a los eclesiásticos y su régimen de vida por el IV concilio lateranense: Caza, banquetes, espectáculos

  • Autores: José Antonio Martínez Vela
  • Localización: Vergentis: revista de investigación de la Cátedra Internacional conjunta Inocencio III, ISSN-e 2445-2394, Nº. 3, 2016 (Ejemplar dedicado a: Innocent III and his time (vol.II): from "absolute" papal monarchy to the Fourth Lateran Council), págs. 59-77
  • Idioma: español
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      Ya San Pablo en su Carta a los Romanos (12.9-16), pone de relieve que el cristiano ha de tratar de mantener un comportamiento moralmente irreprochable, alejado de todo vicio. Esta misma idea permaneció inalterada a lo largo de los siglos posteriores, quizás con la única consideración añadida de que quienes especialmente debían dar ejemplo de virtud eran las personas consagradas al culto. Así, en varias cartas de San Jerónimo, podemos encontrar las duras críticas que éste dirige a diversos eclesiásticos por los excesos que cometen en su vida cotidiana, todos ellos completamente opuestos a los principios defendidos por Cristo. Ciertamente, el Derecho Romano se hizo poco después eco de estas preocupaciones, como puede apreciarse en la Nov. 123 de Justiniano. No obstante, fueron los distintos concilios eclesiásticos quienes con más dureza y constancia establecieron y regularon toda una serie de prohibiciones o limitaciones con relación a los eclesiásticos y su estilo de vida; situación que aparece perfectamente reflejada en el IV Concilio Lateranense, por ejemplo en sus cánones XIV, XV, XVI y XVII, que establecen prohibiciones en materia de caza, comida, espectáculos, vestido…

    • English

      In his Letter to the Romans (12: 9-16), Saint Paul already emphasizes that the Christian must try to maintain a moral irreproachable behavior, away from any vice. This same idea remained unchanged over the course of the following centuries, perhaps with the only added consideration that those who were especially to set an example of virtue were the people consecrated to the cult. Because of this, in several letters of Saint Jerome, we can find harsh criticisms toward to various ecclesiastics for the excesses that they commit daily in their life, all of them completely opposed to the principles defended by Christ. Certainly, the Roman Law soon made echo of these concerns, as can be seen in Nov. 123 of Justinian. However, it was the various ecclesiastical councils that established and regulated a whole series of prohibitions or limitations in relationship with ecclesiastics and their lifestyle; This situation appears perfectly reflected in the IV Lateran Council, for example in its canons XIV, XV, XVI and XVII, which establish prohibitions on hunting, food, spectacles, dressing...


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus

Opciones de compartir

Opciones de entorno