El independentismo catalán, en retroceso según las encuestas de la propia Generalitat, se prepara para un nuevo año histórico, otro más. Esta vez con la convocatoria de otro referéndum, para la segunda quincena de septiembre, tras la aprobación, en julio, del marco legislativo que debe ampararlo. En este escenario, Carles Puigdemont parece atrapado entre su propio calendario, la presión de la CUP para que acelere la vía unilateral y un Mariano Rajoy que se mantiene firme en el no al referéndum. Y mientras Moncloa pone en marcha una ‘operación Diálogo’ de la que desconfían en el Palau de la Generalitat, Ada Colau ultima los detalles de su nueva formación política, que aspira a trastocar el panorama político catalán.
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