Redecora tu sistema. Seguro que con Windows te ocurre lo mismo que con tu casa o con la oficina. Al principio todo está muy bien pero, con el uso, empiezas a descubrir que te faltan cosas, o bien que aquellas que empleas habitualmente no se ajustan por completo a lo que necesitas. Así, por ejemplo, es posible que en poco tiempo te encuentres comprando una mesa más grande, añadiendo nuevos enchufes en el salón o, incluso, cambiando la enorme bañera por un plato de ducha con masaje.
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