«Existe un país al que le importan un carajo el campo y la gente que está padeciendo la guerra. Esa es la sensación que tenemos», dijo el sacerdote Antún Ramos tras conocerse el triunfo del «No» en el plebiscito. Sus declaraciones dejaron ver los sentimientos –de frustración y desconcierto– de los partidarios del acuerdo de paz, pero al mismo tiempo revelaron una realidad: para los sectores urbanos, la guerra ocurre en escenarios alejados de sus vidas. Hoy Colombia vive una nueva encrucijada, mientras muchos sectores sociales luchan para que la guerra llegue a su final.
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