El país posee problemas estructurales en el sistema fiscal que deben resolverse en el corto plazo. Los cambios realizados en las últimas dos décadas no han logrado aumentar los ingresos de forma significativa, han sido coyunturales y aplicados por medio de reformas parciales que no han logrado solventar los elementos de fondo. Las debilidades detectadas en el sistema tributario costarricense son: un esquema fiscal regresivo, poco poder redistributivo, una limitada recaudación, una gran variedad en las alícuotas aplicadas a las diferentes rentas, unos esquemas de exoneraciones permanentes y un impuesto de ventas que aplica gran cantidad excepciones.Un sistema tributario debe tener suficiencia recaudatoria, una mayor participación de impuestos directos progresivos y mejorar su capacidad redistributiva. Para lograr estos tres principios, el Gobierno debe migrar hacia un esquema de renta global unificada,aplicado en etapas y sustituir el actual impuesto de ventas por un impuesto al valor agregado. Las exoneraciones que se planteen deben ser mínimas y con una clara justificación técnica. Adicionalmente, deben generarse esfuerzos para mejorar la recaudación del impuesto territorial, ampliar la base de los productos y servicios a los que se les aplica el impuesto selectivo, facilitar la recaudación de impuestos y mejorar la cultura tributaria del país.
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