Este trabajo tiene por objeto el estudio del tratamiento que la figura de la víctima del delito ha recibido a lo largo de la historia. En la fase más primitiva de la historia, la víctima detentó el protagonismo absoluto en la determinación de la reacción penal ante la victimización sufrida. Las perturbaciones que esta venganza privada ocasionaba pusieron de relieve la necesidad de proceder a su paulatina sustitución por sistemas de reacción jurídico-penal de carácter no violento. Surgió, en este contexto, la institución de la compensación, que llegó a convertirse, con el tiempo, en solución obligatoria. La víctima fue relegada, de este modo, al papel de mera receptora de la indemnización determinada por la autoridad. Se inició, así, el progresivo proceso de publificación del sistema penal que culminó con la asunción, por parte del Estado, del Ius Puniendi. No será hasta mediados del siglo XX cuando resurja el interés por la situación de la víctima. Ello se tradujo en la implementación de diversas medidas orientadas a mejorar su posición en el marco del proceso penal.
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