Atrapado en medio de una encrucijada constituida por una situación económica donde la tendencia hacia la debilidad de la economía es generalizada y en una concepción llena de prejuicios, falacias y tópicos hacia todo lo que dignifique a lo público, el Gobierno de Aznar ha presentado unos presupuestos en los que nadie cree. En pocas ocasines, la ausencia de realismo en política económica ha sido tan evidente, Una alternativa a su conservadurismo les llevaría a dar marcha atrás a algunos de los planteamientos más reaccionarios que, conscientemente, han defendido. Incapaces de semejante corrección, se limitan a decir: aquí no pasa nada.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados