"La palabra de Dios es viva y eficaz" (Hb 4,12). Esta afirmación bíblica evoca la idea de la Palabra de Dios como dinámica y vigorosa en la vida de las personas. Con la presente reflexión-meditación tratamos de acercarnos a la naturaleza de esta Palabra divina, viva y vivificante; para ello rastreamos los lugares principales del Antiguo y Nuevo Testamento que nos ayudan a contemplar al Dios que "habla"; nos acercamos a las formas en que el mensaje divino se hace accesible al ser humano; y, finalmente, nos preguntamos sobre la acogida de esta palabra por parte de los "oyentes de la Palabra".
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