El artículo se propone analizar las implicaciones bíblicas del segundo capítulo de la encíclica papal Laudato si', especialmente Gen 1:28, en la que la invitación de Dios al hombre para dominar lo creado puede suscitar cierta perplejidad. De hecho, lo que Dios confía al hombre es un don suyo cuyo uso tiene que responder a la armonía cósmica que El mismo quería y ha creado según sus propias leyes, y como tal debe ser obedecida. En este sentido, el hombre, obedeciendo las reglas inherentes a a la naturaleza, favorece sus procesos congénitos, de manera que se convierte en el colaborador, incluso en el sentido religioso, de Dios. Todo ello hace posible referirse al Cántico del Hermano Sol por Francisco de Asís, que se convierte en el mejor comentario poético a la verdad bíblica adquirida.
This article means to analyse the Biblical implications in relation to the citations in the second chapter of the Papal Encyclical, "Laudato si", especially Gen. 1,28, where God's invitation to the human being to dominate creation might now sound perplexing. In truth, God is there entrusting the human being with a gift, in such wise that the human being's use of that gift has to correspond to the cosmic harmony that God Himself has willed and created. The use of this gift is to be in accordance with God's own laws written into it, which laws must therefore be obeyed. In this sense, the human being, obeying the norms written into nature, promotes processes of appropriate development of the same, and thereby becomes -in religious terms, as well, God's "co-operator". Understood in this perspective, Francis of Assisi's Canticle of Brother Sun becomes the best poetic commentary on revealed Biblical truth.
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