Inicia con varias acepciones sobre el rumor. Enfatiza en que nunca se debería publicar un rumor, primero hay que confirmar, confrontar y valorar. Los rumores no son noticia pueden ser considerados como datos disparadores para iniciar una investigación. Otro autor señala que el periodista debería "analizar el rumor base, diseccionarlo, sazonarlo con lógica y conocimientos y definir el campo de investigación". La práctica del rumor socava el buen periodismo y puede hacer vivir costosas crisis de credibilidad de graves consecuencias.
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