Los viajeros románticos europeos creyeron "descubrir" a los gitanos andaluces. De Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Alemania o Rusia, la moda del viaje y la atracción por lo exótico trajeron a España, y especialmente a Andalucía, a decenas de escritores, pintores, mujeres de clase acomodada... Ellos y ellas visitaron Andalucía y la describieron como un lugar ajeno al progreso, para lo bueno y para lo malo. Entonces se fijaron en sus gitanos.
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