Sin duda fueron años locos, divertidos y donde todos aprendimos creando de forma colaborativa un mercado que no existía. Un mercado que todos sabíamos que estaba totalmente inflado y que no resistió tanta tensión y acabó explotando.
En 2006 volví a oír los cantos de sirena de la agencia y volví a poder participar en proyectos digitales de comunicación y medios como Zed Digital y, cuatro años después, Netthink Isobar, comunicación digital y distribución de los mensajes bajo una sola visión.
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