Ciudad Real, España
La falta de reconocimiento de los derechos de las personas en busca de refugio puede ser considerada como una paradoja moral en sociedades que proclaman valores universales.
En este artículo proponemos un análisis de esta paradoja moral basados en la idea de que la indiferencia, como borrado activo de la humanidad de la otra persona, y la justificación de la violencia hacia las personas desplazadas que piden socorro, son reflejo de la existencia de fronteras morales que excluyen a estos individuos de nuestro espacio moral. Las fronteras morales son un mecanismo fundamental de la tanatopolítica, es decir, la gestión política de la muerte, porque legitiman prácticas institucionales y decisiones políticas que, si bien no matan directamente, se arrogan el derecho de dejar morir. Finalmente apuntamos algunas estrategias de resistencia que nos parecen claves para afrontar esta paradoja moral que constituye todo un dispositivo tanatopolítico.
The lack of recognition of the rights of asylum seekers can be considered a moral paradox in societies that proclaim universal values. In this paper we propose an analysis of this moral paradox based on the idea that indifference, as an active erase the humanity of the other person, and justification of violence against asylum seekers reflect the existence of moral boundaries excluding these individuals from our moral space. Moral borders are a fundamental mechanism of thanatopolitics, the political management of death, because they legitimise institutional practices and policy decisions that do not directly kill individuals but claim the right to let them die. Finally, we present some strategies of resistance to face this moral paradox that constitutes a whole thanatopolitic mechanism.
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