Pamela Tozzo, Mario Picozzi, Luciana Caenazzo
Por síndrome de Münchhausen por poder se entiende la producción ficticia de enfermedad en un niño sano por parte de un adulto, normalmente un padre, a través de la producción de relatos no verdaderos, hasta llegar a la producción o a la provocación de falsas pruebas. Este síndrome puede presentarse con los más variados signos y síntomas de enfermedad, con un espectro de manifestaciones que van de moderadas a muy severas y que pueden ser representadas principalmente por: simulación de signos y síntomas de enfermedades de diversa naturaleza de las cuales el niño no está afectado, exageración de síntomas de una enfermedad de la cual el niño está realmente afectado, inducción y, por tanto, provocación de signos y síntomas de enfermedad.
Cuando exista la sospecha de tal patología, para los profesionales implicados, el principal dilema ético está entre el realizar verificaciones diagnósticas –a veces invasivas, dolorosas, y no privadas de riesgos para la salud del menor- sin el consentimiento de los padres, con la finalidad de comprobar la naturaleza orgánica o ficticia de los signos/síntomas presentados, o si continuar en la prescripción y ejecución de tests diagnósticos, potencialmente inútiles, pero para los cuales el padre maltratante ha prestado y prestará su propio consentimiento, con el riesgo de alimentar la voluntad maltratante del padre y de prolongar la acción lesiva en daño del menor.
La conciencia de las problemáticas éticas que emergen en el curso de la gestión clínica de casos sospechosos de MSBP puede representar el punto de partida para la planificación del proyecto diagnóstico-terapéutico del menor y en esto el equipo tratante se podría beneficiar de la aportación cualificada de una reflexión ética estructurada, que permita balancear los derechos en juego.
Münchhausen syndrome by proxy is a form of child abuse in which a subject, usually a parent, surreptitiously induces real or apparent symptoms of disease in a child.
People with Münchhausen síndrome by proxy (MSBP) may create or exaggerate a child’s symptoms in several ways. They may simply lie about symptoms, alter tests (such as contaminating a urine sample), falsify medical records, tampering with specimens or instruments, or they may actually induce symptoms through various means, such as poisoning, suffocating, starving, and causing infection, thus leading to a serious and real danger to the child’s life.
For health care professionals, in such cases, the ethical dilema is between doing medical tests (even painful tests, procedures, and surgeries) without the parental knowledge –with the aim to verify the MSBP condition- or to do only medical assessments for which parents have given consent. In the latter case, there is a risk of triggering attitudes masking the disease, up to push the perpetrator to steal the child from the health care setting, thus potentially damaging the victim. Furthermore, health care staff members may become unwitting participants to the abuse, as they do multiple tests and procedures aimed at diagnosing and treating the child, ordering invasive tests that may not be needed.
Multiple ethical dilemmas in the field of child abuse create challenges to making decisions that are in the best interest of the child. The clinician should have command of these ethical issues to render the most appropriate and compassionate care to the child.
Awareness of these ethical implications is the beginning step in planning care for these children. Continued support for health-care members is necessary throughout the diagnostic process. Specific protocols, discussion of clinical cases and open communication of feelings will help them to deal more effectively with these families and to ensure that the treatment decision is in the best interest of the child.
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