:Desde el siglo XIX hasta hoy son innegables los cambios generados por el feminismo de la primera, segunda y tercera ola.
Aficionados a conceptualizar y etiquetar, actualmente enfilamos la entrada a la cuarta ola, una ideología menos monolítica, más fragmentaria y plural que, según Elena Gascón-Vera, profesora en Wellesley College, combina feminismo, lucha por los derechos queer y otros movimientos pro-sex. Un movimiento, según la periodista británica Kira Cochrane, centrado en las pequeñas causas concretas que basa sus reivindicaciones en las herramientas digitales.
Merece la pena valorar si se trata de un avance o un desarrollo de la indeterminación postmoderna apoyada por la tecnología 3.0. En todo caso, la Utopía Feminista ha dejado también cadáveres en el camino que no siempre asumimos y reconocemos o si lo hacemos es como precio a pagar. Muchas veces las víctimas son las propias mujeres. La política y escritora italiana Eugenia Roccella considera que las utopías se han desplazado de lo social a la biología y dejan a la mujer ante la encrucijada de deconstruir lo materno y la diferencia sexual o defender a ultranza esa diferencia. Eveyne Sullerot, socióloga feminista francesa, lamenta la fragilidad dramática que se ha instalado en la sociedad, por la frecuencia de las separaciones y la deriva del aborto que al grito de “mi vientre es mío” vacían de sentido la paternidad. El feminismo tal y como se concibe no es la puerta del paraíso. Todavía queda mucho camino que recorrer.
Se atisba una necesidad de desarrollar la vertiente ecológica. La crisis y las dificultades familiares de estos primeros años del siglo XXI han supuesto un buen desafío para muchas de las feministas de los años 60 y 70. Algunas, como las citadas o las estadounidenses Christina Hoff Somersson, Eugenia Roccella, Karen DeCrow o Camille Paglia, han revisado sus mensajes. En este artículo comentaremos las aportaciones de estas disidentes o visionarias.
The world has experienced undeniable changes provoked by the first, second and third wave feminisms from the nineteenth century. We are used to conceptualizing and labeling everything, and nowadays we are facing the fourth wave, a less compact, more fragmented and plural ideology that, as Elena Gascón-Vera (Professor at Wellsley College) explains, combines feminism and fights for the rights of queer and other pro-sex movements. The fourth wave, according to the British journalist Kira Cochrane, is focused on small more specific causes, and supports its claims on digital tools. It would be very interesting to assess whether this is a breakthrough or just the development of postmodern uncertainty supported by 3.0. technology. In any case, Feminist Utopia has led society to errors that are often not acknowledged and, if they are, they are justified as a price to pay. In many cases, the victims are the women themselves. The Italian politician and writer Eugenia Roccella considers that utopias have moved from social conflict to mere biology, making women choose between destroying both maternity and sexual difference, or defending these differences at all costs.
Eveyne Sullerot, a French feminist sociologist, regrets the dramatic fragility established in society, as a consequence of frequent breakups and abortion, justified by the cry of “my belly is mine”, which take the meaning out of parenthood. Feminism, as it is conceived, is not the panacea. We still have a long road ahead. We can glimpse a need to develop the ecologic trend. The recession and family difficulties of the first years of the 21st Century have become a challenge for many feminists from the 60s and 70s. Some of them, such as the above or the American Christina Hoff Somersson, Eugenia Roccella, Karen DeKrow or Camille Paglia, have already started to reword their messages. In this article we discuss the contributions of these dissident or visionary women
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