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El consumo de alcohol en México y sus problemas asociados

  • Autores: María Elena Medina-Mora Icaza
  • Localización: Salud mental, ISSN 0185-3325, Vol. 10, Nº. 4, 1987, págs. 81-91
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • En este artículo se revisan los resultados de los estudios que se han hecho utilizando métodos directos o de encuestas para analizar la forma en que se distribuye el alcohol disponible entre la población; la proporción de la población que abusa del alcohol y que sufre sus consecuencias (patrones de consumo, problemas asociados, subgrupos afectados); y el significado que tiene el alcohol en la sociedad (las normas, los valores y el propósito de beber). Este trabajo se divide en dos partes: en la primera se presentan algunas consideraciones acerca de los indicadores de que disponemos para estudiar el fenómeno en la población, y en la segunda, se presenta una revisión histórica de la investigación en México. En la primera parte llegamos a la conclusión de que es importante usar varios indicadores para estudiar la forma en que se consume el alcohol, e incluir en el estudio a todos lo bebedores, no solo a aquellos que ingieren grandes cantidades. Los indicadores más recomendables para el estudio del problema son: la cantidad de alcohol que ingieren cada vez que beben; la frecuencia con que beben, los problemas, tanto físicos como sociales, relacionados con el consumo de alcohol, y las ocasiones y las circunstancias en las que beben. A fin de poder interpretar las diferentes maneras de beber y sus consecuencias, es importante conocer también las normas, los valores y las actitudes de la comunidad frente al consumo de alcohol. REVISION HISTORICA DEL FENOMENO: En la primera época se usaron definiciones muy estrictas. Los estudios se enfocaban exclusivamente hacia la descripción de los alcohólicos. Las tasas de alcoholismo estimadas oscilaban entre 0.55% y 0.7%. Después del Seminario de Viña del Mar (1963) surgió un segundo grupo de estudios. En este Seminario se definió a los alcohólicos como personas incapaces de abstenerse de beber o dejar de consumir bebidas alcohólicas. Además de los alcohólicos, se definió a los abstemios y a los bebedores moderados y excesivos y se describieron operacionalmente. Utilizando esta clasificación se pueden definir los patrones de consumo, pero no se puede evaluar en la población, la magnitud de los diferentes tipos de problemas asociados. Los bebedores excesivos y los alcohólicos comprendieron el 12.5% y el 11.7% de los hombres, respectivamente. Entre las mujeres, la proporción de bebedoras excesivas y de alcohólicas fue la misma, 2.5%. Los estudios realizados por nuestro grupo a partir de 1974, corresponden a la tercera parte de la investigación. Estos estudios son los primeros en los que se abarca a toda la población de una ciudad. Se estudiaron 6 ciudades, utilizando en todas el mismo cuestionario y la misma metodología. Para evaluar la cantidad de alcohol que se consumía anualmente, se utilizó el índice americano de cantidad, frecuencia y variabilidad. Los indicadores de problemas se computaron solamente en aquellas personas que habían reportado haber consumido alcohol en los últimos 30 días. Se investigaron sus problemas con la familia, con la policía, en el trabajo o la escuela y se consideraban que su manera de beber era un problema personal. Los porcentajes de abstemios que se encontraron son similares a los encontrados en los estudios de la segunda etapa, y oscilaron entre un 15% y un 30% en la población masculina, y entre un 49% y un 58% en la población femenina. Los mayores porcentajes corresponden a los dos grupos extremos de la población según la edad, es decir, al grupo de 14 a 17 años y al de 50 o más años. La cuarta etapa de la investigación sobre el consumo de alcohol comenzó con la participación de México en el estudio de la Organización Mundial de la Salud, denominado "Respuestas de la Comunidad ante los Problemas Relacionados con el Alcohol". En esta investigación se dividió por primera vez el estudio de la frecuencia con que beben y la cantidad que beben, y se relacionaron con los problemas ocasionados por la bebida. Estos problemas no se investigaron exclusivamente en los bebedores que beben frecuentemente sino en todos los bebedores. En este estudio se encontró que el porcentaje de abstemios era similar al que se encontró en estudios anteriores (67%), y que es mayor el número de hombres que beben alcohol, que el de mujeres que beben, pues el 85% de los hombres manifestó beber alcohol, mientras que solamente el 48% de las mujeres dijeron beber. En la mayor parte de los países, la edad juega un papel determinante en las expectativas de la conducta de los individuos, lo que se refleja en su manera de beber. En México, el sexo influye más que la edad en la manera de beber. Las mujeres, independientemente de su edad, beben poco alcohol; en contraste, prácticamente todos los hombres beben. En nuestro país se observan simultáneamente altos índices de abstención y de intoxicación; esta última con sus consecuentes repercusiones médicas y sociales. El consumo de alcohol está muy relacionado con la intoxicación, pues solamente el 25% de los hombres manifestó no haberse emborrachado en los últimos 12 meses, mientras que el 7% dijo que lo hacía una o dos veces por semana. Aunque no beban frecuentemente, cada vez que lo hacen se embriagan. Cerca de una tercera parte de los bebedores informó que cada vez que bebía se embriagaba. Este fenómeno fue más común entre las personas que bebían con poca frecuencia. Como era de esperarse, los hombres habían tenido más problemas que las mujeres, pero unos y otros dijeron haber tenido muchos problemas personales por su manera de beber, pues aunque no bebían con frecuencia, se ha demostrado que éstos surgen como resultado de ingerir alcohol en exceso cada vez que se bebe, más que por un posible síndrome de dependencia. En México, a diferencia de lo que se observa en otros países occidentales, se considera que las mujeres, independientemente de su edad, no deben beber tanto como los hombres mayores de 16 años. Estas diferencias son todavía más marcadas cuando se analizan las normas relacionadas con la embriaguez. Las respuestas que dieron los hombres y las mujeres son similares; las mujeres opinaron que ellas no deben beber tanto como los hombres mientras que éstos fueron más liberales al respecto a la manera de beber. Esta opinión la comparten tanto los jóvenes como las personas adultas. Sin embargo, se observó que en comparación con las personas de mayor edad, los jóvenes de 18 a 29 años eran más liberales respecto a la manera de beber de las personas de su misma edad y aun de la de los menores que ellos. A pesar de esto, los hombres jóvenes expresaron su desaprobación a que beban las mujeres jóvenes. A pesar de lo anterior, cabe mencionar que los datos obtenidos en esta investigación no pueden considerarse como representativos de la población total de México. Es importante profundizar en el estudio del fenómeno con el fin de conocer la magnitud del problema en nuestro país y encontrar sus causas así como sus implicaciones, a fin de poder actuar eficazmente.


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