Las fronteras, además de ser lugares de separación son también lugares de reencuentros. Colombia (una muestra de lo que pasa en el mundo) es pluricultural, los efectos de la inmigración influyen sobreel paisaje cultural mientras los efectos de la globalización “homogeneizan” los contenidos culturales. ¿Cómo lograr la unidad partiendo de las múltiples diferencias? ¿Cómo respetar y proteger lasubjetividad sin pretender imponerla? Las dificultades de aceptación de la diferencia cultural pueden tener como consecuencia la aparición de patologías y problemas diversos en los niños. Este texto es una invitación a reflexionar acerca de las pertenencias multiculturales, acerca de los procesos de humanización y de apropiación de la experiencia del encuentro (y no de desencuentro) con “lo otro”, que posibilite nuevas alianzas con la cultura del niño en un inter-juego de reciprocidades.
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