El prestigio de la ciudad de Valladolid como uno de los centros españoles más importantes en la producción de escultura se debe, en gran medida, a la calidad de las tallas realizadas para ser utilizadas en las procesiones de Semana Santa. En este artículo se analiza la evolución de las mismas, desde las piezas más antiguas en la primera mitad del siglo XVI a las obras de escultores como Juan de Juni o Gregorio Fernández, que llevaron este tipo de escultura a su mayor expresión con tallas de tamaño superior al natural, en varios casos agrupadas en atrevidas y espectaculares composiciones. Las numerosas copias que se encargaron de los pasos vallisoletanos en diversos lugares de Castilla y León son la prueba más palpable del reconocimiento de dicho prestigio desde los años en los que fueron realizados.
Much of the prestige of the city of Valladolid as one of the most important Spanish centers in sculpture production is due to the quality of the carvings made to be used in the processions of Holy Week. This article analyses the evolution of these carvings, from the oldest pieces in the first half of the sixteenth century to the works of sculptors such as Juan de Juni and Gregorio Fernández, who led this type of sculpture at its best with full-sized works, in several cases grouped in bold and dramatic compositions. The numerous copies of the processional floats from Valladolid that were commissioned in various parts of Castilla y León are the most tangible recognition of their prestige since the time they were made.
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