El artículo analiza dos ángulos de la participación social en la legislación sobre agua en México, formulada a partir de la Constitución Política de 1917. Con base en los presupuestos de la ecología política, discierne sobre el papel de la discusión parlamentaria en torno al tema y sobre las plataformas de participación planteadas en cada legislación. Enfatiza la débil intervención del Congreso en el diseño de cada ley y los límites de la participación, distinguiendo tres etapas: una postrevolucionaria, carente de debate parlamentario, que estructuralmente favoreció el control clientelar de la participación. La segunda, marcada con la ley de 1972, que inauguró el debate sobre la democratización de los espacios de concertación, aunque operativamente reforzó el control centralizado de las decisiones. La tercera corresponde a la legislación de 1992, vigente, que innovó en el tema de la participación con la creación de los Consejos de Cuenca, pero que además de merecer atención marginal en la discusión parlamentaria, instrumentalmente limita la construcción de consensos. Concluye que las acciones legislativas, aún tienen pendiente la concreción de la participación como un ejercicio del principio de propiedad nacional asentado en la Constitución Política vigente.
The article analyzes two angles surrounding social participation in water legislation in Mexico, which was formulated following the adoption of the country’s 1917 political constitution. Grounded on the tenets of political ecology, its sheds light on the role played by parliamentary debates on the participatory forums of each legislative measure. It emphasizes the weak involvement of Mexico’s congress in the design of each law and the limits of social participation, distinguishing three stages: a postrevolucionary one devoid of parliamentary debate, which structurally favored the control of social participation through clientelist policies. The second, marked by the enactment of the 1972 Act, opened the debate on the democratization of consultative spaces, though it operationally strengthened the centralized control of decision-making. The third corresponds to the legislation of 1992, which is currently in effect, and renewed the theme of social participation with the creation of Consejos de Cuencas (basin councils). However, besides drawing only marginal attention in the parliamentary discussions, it limits consensus building. The essay concludes that legislative measures have yet to embrace social participation as an exercise of the principle of national ownership embedded in the current Constitution.
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