Carlomagno Araya Alpízar, Élida Vargas Barrantes
Este artículo es producto de la evaluación que estudiantes realizaron al cuerpo docente que labora en la Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica. Se muestran los resultados de la evaluación docente que hacen un total de 4817 estudiantes, distribuidos en 348 grupos, en el primer ciclo de 2011. Doscientos cuatro docentes (119 varones y 85 mujeres) fueron evaluados por medio de un cuestionario. Se encontró que existe una correlación positiva lineal entre dos variables cuantitativas: la nota promedio que obtienen los estudiantes en los cursos y la calificación promedio que reciben los docentes. Esto significa que existe la probabilidad de que conforme se incrementa la nota promedio por grupo, la evaluación docente mejora y viceversa. Para el Departamento de Ciencias Naturales, los estudiantes obtienen las notas promedio más bajas en los cursos (7,1 ± 1,69) y de igual forma los docentes reciben en promedio las calificaciones más bajas (8,5 ± 1,25). En el otro extremo, se ubican los Departamentos de Educación y Filosofía, Artes y Letras en donde estudiantes y docentes reciben las mejores calificaciones (9,1 y 9,2 respectivamente). Una calificación intermedia corresponde a los docentes que laboran en el Departamento de Ciencias Sociales y en el Sistema de Educación General (8,7 y 8,8 respectivamente). Los autores recomiendan una forma de evaluación más integral; de estímulo y mejora en el proceso enseñanza-aprendizaje, que considere otros ámbitos del espacio de trabajo y de la labor docente
This article is the result of the student evaluation conducted to the faculty professors who work at the San Ramón branch of the University of Costa Rica. The results of 4817 student evaluations, distributed in 348 groups, are shown during the first cycle of 2011. Two hundred and four faculty professors (119 males and 85 females) were assessed by using a questionnaire. The study found that there is a positive linear correlation between two quantitative variables: the average grade earned by students in the courses and the average score received by teachers. This means that there is a probability that as the average grade per group increases, the faculty evaluation improves, and vice versa. In the Department of Natural Sciences, students earn the lowest average grades in the courses (7.1 ± 1.69); similarly, faculty professors obtain averaged lower scores (8.5 ± 1.25). At the other end, there are other departments like the Departments of Philosophy, Arts and Letters, and the Department of Education where students and faculty members get the best scores (8.3 and 9.2 respectively). In the same way, an intermediate rating corresponds to the professors working in the Department of Social Sciences and the General Education System. The authors recommend a more integrated method of assessment: one which fosters encouragement and improvement in the teaching-learning process, and that takes into account other areas of the workspace as well as the teaching responsibilities
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