El matrimonio como sacramento cristiano no puede entenderse como un simple instituto natural al que se otorga una bendición. Como sacramento de la Nueva Alianza que es, debe fundarse en el acontecimiento redentor de Cristo, quien desde el misterio de la cruz arroja una luz nueva sobre todas las realidades vitales del discípulo.Entrega, fidelidad, unidad, sexo, fecundidad, pobreza, castidad, obediencia, según el teólogo Balthasar, han sido plenificadas y cualificadas por el acontecimiento del Cristo Esposo, que en una cruz se ha entregado por la Iglesia Esposa. Una entrega tal es la que funda el sacramento del matrimonio y no meramente el acto social por el que un hombre y una mujer se entregan mutuamente.
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