Fue la antiestrella por antonomasia del Hollywood dorado, el hombre que pudo reinar y se quedó a medio camino. Marcado por una madre posesiva, su enfermizo perfeccionismo y su rebeldía ante el sistema de estudios, su sexualidad reprimida y su alcoholismo apagaron la luz de Monty Clift antes de tiempo. El 23 de julio se cumplieron 50 años de su muerte, a los 45 años. Evocamos la figura de un actor que merece su lugar en el Sol.
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