Cuando los tentáculos del juego aún atrapan a aquellos que acaparan las tragaperras, a aquellos que ven cerrar cada noche el casino o a los que esperan que abran los bingos, entra en juego el mundo on line, más accesible, más privado y al que se le pueden echar muchas más horas. Los adictos son cada vez más jóvenes.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados