Ante la baja de los precios internacionales del azúcar, el encarecimiento de los costos de la energía y el considerable daño que los combustiblesfósiles causan al ambiente, Cuba ha apostado a la reestructuración de su tradicional industria azucarera, en el marco de la política energética y de fomento a las fuentes alternativas. En la actualidad, la Isla se enfrentaal gran desafío de recuperarse de la destrucción provocada por los recientes fenómenos naturales y, al mismo tiempo, seguir avanzando en la transformación del sector azucarero, buscando modificar la matriz energética y profundizar los cambios obtenidos, hacia un mayor aprovechamiento del uso de las energías renovables.
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