Aunque el capital y la tecnología son factores necesarios, no resultan suficientes para sobrevivir en el entorno actual, porque no diferenciana las empresas. Sin embargo, el talento que posea una compañía, así como la capacidad de innovar y adelantarse al mercado no solo le permitirá perdurar en el tiempo, sino también cambiar las reglas del juego. El talento se ha convertido en el mayor patrimonio de las organizaciones, puesto que el desarrollo tecnológico, la globalización y los avances de los mercados de capitales han facilitado el acceso a la financiación, a la tecnología y a los clientes, y por ello lo han convertido en el recurso más valioso y escaso.
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