Con 81 años que lleva con agilidad y lucidez, Vicente Soto sigue en la brecha, escribiendo novelas en su buhardilla de Londres, donde vive desde hace cincuenta años. Pero va y viene, pasa el verano frente al mar de Cullera, sintiéndose siempre próximo y lejano, valenciano cuando está allá, londinense cuando pisa Valencia.
Emigrante por necesidad, transterrado, con tres idiomas y dos patrias, que es como no tener ninguna o tenerlas todas. Soto se define como un personaje de sus cuentos: "Soy un topotón, uno que va por ahí por la vida, sin anclar en ninguna parte, como algunas aves migratorias".
Perdió una guerra. "El peso de la derrota es eterno. No se supera", dice. Ahora publica una antología de sus mejores relatos con el título Cuentos de aquí de allá.
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