De acuerdo con aquellos que piensan que suele haber conexiones muy fuertes entre las disciplinas científicas y la ideología de los productores científicos, este ensayo muestra que dichas conexiones muchas veces son complejas y rara vez son directas. Tomando como ejemplo la biología evolutiva, observamos a tres figuras (Herbert Spencer, Charles Darwin y Alfred Russel Wallace) para mostrar cómo diferentes creencias sociales pueden conducir a conclusiones sociales muy distintas extraídas del hecho científico. Se defiende que este mensaje lo deberían tener muy presente aquellos que intentan sacar conclusiones sociales a partir de la ciencia, por ejemplo los que sugieren que la biología evolutiva darwiniana conduce directamente a la filosofía social del Tercer Reich. La verdad siempre es mucho más compleja.
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