Tres son los objetivos de este artículo. En primer lugar, diferenciar lo que son las actividades complementarias y extraescolares, ya que existe una barrera porosa en la normativa vigente que las mezcla y confunde. En segundo lugar, dilucidar si las enseñanzas extraescolares complementan la educación y formación impartidas al alumnado dentro de nuestro Sistema Educativo y, consiguientemente se hacen necesarias a fin de que estos puedan alcanzar una educación integral. Y, por último, analizar en qué medida estas actividades extraescolares y los servicios complementarios pueden contribuir a abortar la equidad educativa y la cohesión social dentro del centro escolar o, si por el contrario, las favorece.
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