En este artículo se analiza como el comportamiento sancionador varía si el que decide el grado de la sanción es elegido democráticamente o no. Para esto realizamos un experimento de laboratorio en el que unos sancionadores externos pueden castigar el comportamiento no cooperativo en un juego de bienes públicos. Consideramos dos posibles escenarios, uno donde existe una gran cooperación y otro donde ésta es escasa. Nuestros resultados muestran que aquellos sancionadores que se enfrentan a un proceso electoral son más duros en su castigo en ambos escenarios. Sin embargo, contrariamente a las expectativas de los candidatos, los votantes votan por el candidato menos severo.
In this paper we analyze how the punishment behavior of a democratically elected official varies when facing an electoral process (opportunism). To this aim, we conduct an economic experiment in which officials are third-party punishers in a public goods game. We consider two different scenarios which differ in the degree of cooperation within the society. We find that officials increase their punishment when they face elections in both scenarios. Contrary to candidates' expectations, voters always vote for the least severe candidate.
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