La vida del joven Michael J. Rockefeller, bisnieto del todopoderoso magnate del petróleo, no fue en ningún sentido convencional. Tampoco lo fue su muerte. En un territorio perdido y salvaje de Oceanía, cuyos pobladores practicaban el canibalismo, se le perdió la pista para siempre.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados