El análisis de políticas públicas es definido por Dunn (1994: 416) como una disciplina de las ciencias sociales que emplea múltiples métodos de investigación en contextos de argumentación y debate en aras de crear, evaluar críticamente y comunicar un conocimiento relevante. El 2015 ha representado un año clave y de definiciones para la comunidad internacional vinculada a acciones de desarrollo. En un escenario con grandes conflictos, la culminación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y definición de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se ha evidenciado limitaciones que han obstaculizado alcanzar los objetivos propuestos para la consolidación de sociedades libres de miseria, equitativas e igualitarias. En este contexto, la evaluación como proceso de valoración de las acciones y estrategias de desarrollo se torna en una instancia fundamental de reflexión para dar cuenta de los logros, obstáculos y desafíos en las prácticas llevadas a cabo. La reflexión permanente respecto a las prácticas de evaluación permite definir un nuevo horizonte en la disciplina. En este proceso las evaluaciones centradas en la equidad y sensibles al género vienen siendo estudiadas y puestas en práctica durante las últimas décadas de manera creciente, entendiendo que, desde esta mirada, el análisis de las intervenciones sociales se enriquece y mejora las conclusiones.El presente artículo busca dar cuenta del papel que la evaluación ha jugado en diferentes momentos de la historia reciente, analizando su evolución y tendencias. Así mismo aborda los desafíos y prioridades que la comunidad internacional de la evaluación deberá hacer frente en su objetivo de lograr la institucionalización de la cultura de evaluación. En este contexto, las evaluaciones centradas en la equidad y sensibles al género destacan como proceso fundamental para la mejora de las acciones de desarrollo de cara al escenario global actual y la Agenda Post 2015.
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